William Aguilar T.
Para todos los
que disfrutan de bailar un buen tango o simplemente buscan una actividad
diferente la noche de un domingo, no tienen mejor opción que arrimarse a la
Milonga Dominguera, la oportunidad perfecta para disfrutar de clásicos
suramericanos acompañados de un buen vino y con gente dispuesta a bailar toda
la noche.
La actividad se da cada segundo y cuarto
domingos de mes en el Café Cambalache, en San Pedro de Montes de Oca, un lugar
donde conviven la comida orgánica internacional, el diseño y la buena música.
El ambiente, una mezcla de tendencias y
culturas que más que interactuar, conviven en un mismo punto. Comenzando por su
dueña, Christina Aravena Berger, chileno-alemana de padre argentino, el lugar
muestra en todo su espacio un refugio multicultural que halla en la milonga, el
tango y el “vals criollo suramericano” un punto de encuentro.
La Milonga Dominguera lleva realizándose
desde hace ya tres años en que se ha generado todo un grupo de fieles que
tienen marcadas las fechas milongueras dentro de sus prioridades. Noches en que
pueden disfrutar desde los clásicos de Francisco Canaro, Carlos Lisardi y Lucio
Dinarde; hasta variaciones modernas como Bajo Fondo, Putumayo y Gotan Project.
El baile comienza a las 5:00 pm y se
extiende hasta pasadas las 10 de la noche. En él, sin importar si se es un
bailarín experto o un completo novato, cualquiera que llegue tiene la pista
abierta, esto sumado a la cordialidad de los asistentes, siempre dispuestos a
dejarse llevar por el tango en los brazos de los nuevos allegados.
Cordialidad es justamente la palabra y
así lo cuenta Oscar Retana, quien lleva seis años en el apasionante mundo del
tango y dos de visitar la Milonga Dominguera. “Aquí nadie se pone de acuerdo
para venir, todos venimos solos porque ya sabemos que nos encontraremos a la
gente de siempre y hallaremos con quien bailar”.
Marcela Solano opina de forma similar,
esta joven con tres años de seguir las milongas por distintos lugares del país
nos dice: “El tango es para gente no empareja, más bien es raro ver parejas
bailándolo, pero cuando una pareja lo hace, verdaderamente se les nota”.
Aunque por supuesto hay parejas que se
han sumado a este estilo de vida, como la de Brenda Herrera y Guillermo
Hernández, un matrimonio que con 27 años de casados dicen que han encontrado en
las milongas una forma de salir de la rutina y revitalizar su relación.
A la cita se suma gente de todo lado, así
como de todas las edades, en esta oportunidad se dejó ver bailarines de
Argentina, España, Alemania, Estados Unidos e, incluso un visitante de la
India, por supuesto con una mayoría costarricense.
Justamente el visitante hindi, sin si
quiera hablar español cuenta que se suma a la actividad motivado por la pasión
tanguera: “La gente aquí es muy agradable y esta clase de oportunidades dan la
posibilidad de conocer a la gente”. Este es precisamente uno de los alicientes
que trae consigo esta experiencia.
Disfrutar del baile, conocer gente,
participar de una práctica nueva o incluso sentarse a comer y observar a los
más duchos. “Es la primera vez que vengo, me trajo una amiga, pero la verdad
que es un placer solo ver a la gente moverse, ver los pasos, las miradas,
incluso los zapatos”, cuenta Michelle Cartín quien posiblemente sea una nueva
aficionada de las milongas.
DÓNDE : Café
Cambalache, De la antigua Subaru, 200 sur y 75 este, San Pedro de Montes de
Oca
CUÁNDO: Cada
segundo y cuarto domingos del mes, de la 5:00 pm en adelante
CONTACTO: cambalachecostarica@jime.com y en facebook/ Café Cambalache
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